Plasmar algo de nuestra imaginación, inspiración o los detalles que nos brinda la naturaleza, sobre seda, tiene su dificultad. Pero para la persona, que lo contempla, el efecto es el de una acuarela.
Resulta que en esta técnica, prácticamente no se puede rectificar, corregir ningún error, por eso se tiene que trabajar con exactitud y rigor. Parece contradictorio, si afirmo que a pesar de trabajar con cierta tensión, esperando que el resultado sea satisfactorio, la práctica de esta técnica me relaja.
Dado que el papel ha sido inventado mucho mas tarde que la seda, el arte de la pintura sobre esta tela ya ha tenido muchos siglos atrás una gran importancia. Sus orígenes encontramos en China y Japón, así que Asia ha tenido una gran relevancia en el desarrollo de la pintura sobre seda. Hoy en día se puede afirmar, que ambos materiales tienen un lugar equivalente en la historia de la pintura.